El enriquecimiento de uranio ha sido el foco de la disputa sobre el programa nuclear iraní entre este país y las potencias mundiales, especialmente Estados Unidos, desde el año 2003. Irán viene argumentando que el enriquecimiento es su “derecho inalienable” en virtud del Tratado de No Proliferación (TNP) y que detener ese proceso es una “línea roja” que no se puede cruzar. Estados Unidos se ha opuesto a la posición de Irán.
El 24 de noviembre, después de cuatro días de conversaciones maratonianas, Irán y el Grupo 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania), firmaron finalmente el acuerdo provisional de Ginebra; debe interpretarse como el preámbulo para una solución integral y a largo plazo. Poco después, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamed Javad Zarif, aseguró en una conferencia de prensa, que hay en el acuerdo, en dos ocasiones, “una muy clara referencia sobre el hecho de que el programa de enriquecimiento iraní continuará y será parte de cualquier acuerdo, ahora y en el futuro”. Zarif estaba aludiendo a un texto en el Plan de Acción Conjunto que establece que el acuerdo final implicará “un programa de enriquecimiento definido de mutuo acuerdo, con límites prácticos y medidas de transparencia para garantizar el carácter pacífico del programa”.
“Una nueva era nuclear en el golfo Pérsico,” Hossein Mousavian, El Pais, December 11, 2013. (Spanish)